El sueño de obtener su quinto major quedó en suspenso hasta nuevo aviso. Suena injusto, pero es la ley que les cabe a los que están bien arriba en el universo del deporte: Rory McIlroy es juzgado, principalmente, por lo que no ganó. Después de haber terminado segundo en Los Angeles Country Club detrás de Whyndam Clark, el norirlandés acumuló 3234 días sin consagrarse en torneos grandes, una espera de casi nueve años que se está volviendo muy extensa y se contrapone a su jerarquía.